Proyectos comunitarios con visión empresarial.
En vez de dejar que la basura se amontone en el barranco de la Limonada, unos 5 mil vecinos del sector llevan los desechos a un centro de acopio donde se separa el plástico, el cartón y la chatarra, materiales que se venden a la empresa recicladora Sepaca, S.A., a un costo aproximado de Q80.00 por quintal.
Con los fondos recaudados se pagan los costos del centro de acopio, incluyendo el salario de un empleado de tiempo completo, y se financia una escuela primaria para hijos de ex pandilleros.
El proyecto “Reinventando La Limonada” fue impulsado por cinco estudiantes de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG) en enero de 2008 y ahora podría replicarse en otro sector de La Limonada y en Villa Nueva, con la novedad de que se iniciará la construcción de viviendas con botellas de plástico rellenas de papel de frituras.
“El mayor reto fue llegar a la comunidad y de un día a otro decirle a la gente que ya no debían tirar la basura al río”, afirma Melissa Pacheco, estudiante de ingeniería química y presidenta del capítulo guatemalteco de Estudiantes en la Libre Empresa (SIFE, por sus siglas en inglés), una red estudiantil de emprendedores que busca impulsar proyectos empresariales con una dimensión social y comunitaria.
Otro proyecto de SIFE es la capacitación de mujeres en el municipio de El Jícaro, El Progreso, para la fabricación de champú y jabones orgánicos, asi, como manejo financiero, análisis microbiológico y procesos de producción más sofisticados.
Jóvenes capacitando jóvenes
Los integrantes de SIFE utilizan los conocimientos adquiridos para capacitar a otros estudiantes en el Centro de Recursos para Empresarios en Acción (CREA), el cual comenzó a funcionar en agosto de 2005 para impulsar la empresarialidad en los campus de la UVG (Ciudad Capital, Santa Lucía Cotzumalguapa y Sololá).
El único requisito de admisión es “que las personas se identifiquen con un espíritu emprendedor, posean iniciativa, creatividad y deseen aprovechar las oportunidades”, explica Celso Cerezo, director de CREA.
Abdul García, cursa segundo año de mecatrónica y asistió el año pasado al curso de iniciativa empresarial, en el cual los participantes aprenden a conseguir clientes, captar recursos financieros, formular estrategias competitivas y formalizar los procesos legales y contables del negocio.
Poniendo en práctica los conocimientos adquiridos, se asoció con otros cuatro compañeros para poner una pequeña academia que imparte tutorías de matemáticas y computación.
“Es un proyecto muy beneficioso, aprendemos que podemos ser emprendedores, no solo trabajar para una empresa”, expresa.
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